XXX Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A (Mateo 22, 34-40)
Respecto a cuál es el
mandamiento principal de la ley, todos sabemos que es amar a Dios, y no de
cualquier manera, sino con todo lo que somos: corazón, alma y mente en su
totalidad. Pero ese amor es inseparable del amor al prójimo. A veces, el
cansancio o la decepción por nuestra inconsistencia nos llevan a separar ambos
mandamientos ya que es costoso amar como Jesús nos pide. ¿Por qué? Porque hemos
de ponernos totalmente en sus manos para ser transformados por él. Porque el
amor que nos pide es superior a nuestras fuerzas y solo podemos vivirlo con él.
Porque lo que es un mandamiento es también la exigencia más profunda de nuestro
corazón. Es aquello en lo que podemos asemejarnos a Dios, viviendo de su mismo
amor.
(Fuente: David Amado
Fernández, revista Magníficat)
Lecturas de la Misa de
este Domingo.
https://lecturasmisa.wordpress.com/l-i-a-tpo-ordinario-27-33/#_DOMINGO_30
http://www.usccb.org/bible/readings/102923.cfm
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