En vísperas del DOMUND, recordamos el reportaje que Diario de Navarra publicó sobre nuestra entrañable e incombustible sor "Adrenalina", el pasado 15 de agosto de 2023.
La hermana Adelina, a sus 79 años, ha vuelto a hacer las
maletas y volado al Chad. Busca dinero para que uno de sus alumnos pueda
estudiar en la ciudad y para construir una nueva escuela
MARIALUZ VICONDOA Pamplona.
CON casi 80 años, Adelina Gurpegui no piensa en la
jubilación. Hace más de seis meses que dejó Bolivia, su anterior destino, y ha
cambiado las tierras del altiplano por las llanuras del Chad. Ha aterrizado en
el pueblo de Bebalem, ubicado en la diócesis de Moundou, al sur del país
africano. Y se ha incorporado a la misión que tienen las Hermanas de la
Caridad, congregación a la que ella pertenece, desde donde se ofrecen en la
medida de lo posible servicios sanitarios, educativos y religiosos. Una de las
primeras dificultades que ha dado la bienvenida a Adelina Gurpegui es el
idioma. Aunque el oficial es el francés, gran parte de los habitantes de
Bebalem no lo entiende y utiliza el gambay, desconocido, por el momento, por
Adelina. Mientras se afana en aprender este dialecto para poder comunicarse con
la población, enseña francés a los alumnos que, a pesar de estudiar en esta
lengua, todavía no la comprenden. Adelina, que fue conocida en Bolivia, uno de
los destinos donde más tiempo vivió, como sor Adrenalina por la energía y
actividad desplegada con los más pobres, a los que siempre ha dedicado su vida,
conoce el idioma francés por su estancia en Haití, de donde guarda esos
recuerdos que se impregnan para siempre a la memoria.
La parroquia de Bebalem, explica la misionera al otro lado
del teléfono, que cuenta con dos padres paúles y cuatro hermanas (unos y otras,
pertenecientes a la congregación de San Vicente de Paúl), dispone de tres
escuelas de ladrillo además de otras ocho construidas con paja y un instituto
de Educación Secundaria. “El 80% de la población es analfabeta. Las escuelas en
esta zona son cuartuchos hechos con hojas de paja, sin nada, no tienen ni
pizarras ni bancos. Los alumnos se sientan en ramas o bloques de adobe”,
detalla. En total acuden cerca de 1.500 estudiantes. Al poco de llegar, la
hermana Adelina ya se ha planteado un objetivo concreto, el de construir una
nueva escuela “para que puedan estudiar decentemente los alumnos”, añade.
Precisamente, uno de ellos es Christian, de 24 años, quien
ya ha terminado los estudios y que ayuda en esta época de vacaciones escolares
a sor Adelina en las tareas de arreglos del patio y en la huerta de la
parroquia. Lo hace a pesar de su problema en la rodilla, una anquilosis,
disminución de la capacidad de movimiento articular producido por la unión de
dos huesos en la articulación y que, explica la misionera y enfermera Adelina,
en el primer mundo podría solucionarse con una operación. En Christian, con
quien aparece en la fotografía, tiene Adelina puestas las esperanzas para que
pueda encontrar un futuro mejor. “Ha acabado el bachiller muy bien y quiere
seguir sus estudios profesionales. Tendría que salir del campo e ir a la ciudad
y buscar alojamiento. Pero hay que ver cómo poder obtener dinero. A mí me ayuda
mucho ahora. Es un chico muy bueno que no tiene padres y está solo en la vida”,
explica la religiosa de Berbinzana.
Cuando Adelina llegó a Pamplona de Bolivia, antes del
verano, tardó poco en decidir que quería volver a marcharse. Descansar es un
verbo que no sabe conjugar, a pesar de que desde hace tiempo ya podría hacerlo.
Pero no. Ella lo que quería era volver a Haití, destino donde comenzó su labor
misionera en 1974 y donde vivió durante nueve años. Pero sus superioras no se
lo permitieron por la situación del país y, a cambio, le ofrecieron África.
Nunca antes había estado en este continente. Y dijo sí.
Memorias de un cine de pueblo
En Berbinzana nació el 24 de julio de 1944 y aquí ayudaba de
niña a su padre, que era el encargado del cine del pueblo. “Yo le echaba una
mano para montarlo, para vender las entradas, para acomodar al público, a
barrer...”, recuerda. La mayor de doce hermanos, estudió en el colegio Santa
Catalina y en el Instituto de Pamplona, y su sueño de bailarina lo cambio por
ser enfermera y fisioterapeuta, además de Hija de la Caridad, lo que le llevó a
trabajar en los hospitales de Valencia, Navarra y Teruel. Pero ella quería otra
cosa. “Soy misionera de nacimiento, de herencia. Recuerdo a mi madre cosiendo
casullas para los curas”, explica antes de dirigirse al que hasta ahora es su
último destino. “No quiero jubilarme porque tengo salud y mi vocación es ser
misionera, que no es otra cosa que compartir tu vida con los otros”, argumenta
para explicar su decisión.
A Haití le siguieron Puerto Rico, Nicaragua, Bolivia,
Uruguay y, otra vez, volvió a Bolivia. Finalista del Premio Navarra a la
Solidaridad, Adelina Gurpegui ha cambiado los ríos amazónicos del Tipnis
boliviano por el Chad, un país fundamentalmente musulmán. En Bebalem, además de
atender la educación, acude dos días a la semana al centro nutricional que
llevan las Hermanas de la Caridad para hacer curas, especialmente, de úlceras.
Además, siembra todo lo que puede crecer y ser alimento. No para y sigue haciendo
honor a su apodo de sor Adrenalina, en Bolivia, en el Chad o donde sea.
No sabía qué se iba a encontrar en esta nueva aventura
africana, pero a Adelina, que tampoco conoce la palabra miedo, como la de
jubilación, no le preocupaba lo más mínimo. “Uno no sabe qué puede hacer hasta
que llega el momento. Dios no me va a pedir lo que no puedo dar. Nunca me han
faltado los medios para ayudar a la gente, ni en Haití ni en ningún sitio”. Y
añade que lo que más feliz le hace es recoger los enfermos de la calle. “Hago
cualquier cosa, pero lo que me llena de satisfacción es atender a los enfermos
de la calle. Los recojo, los baño, les corto el pelo, las uñas, les cuido...
Hay cosas para las que no se necesita mucha plata, solo cariño”. Y de esto,
imposible jubilarse.
https://kathylaboure.blogspot.com/2011/11/sor-adrenalina-en-el-colegio.html
https://www.rtve.es/television/20100517/otra-heroina-cochabamba/331608.shtml