jueves, 26 de septiembre de 2019

RESPONSABILIDAD NO PERCIBIDA


XXVI Domingo Tiempo Ordinario, ciclo C (Lucas 16, 19-31)

El amor une, mientras que el egoísmo aísla. Una de las trampas del egoísmo es que en apariencia nos protege cuando, en realidad, lo que hace es dejarnos totalmente desamparados. Dios nos ha creado para participar plenamente de su amor y la renuncia a dejarse amar y a querer a los demás nos conduce a la soledad absoluta.

En la historia del pobre Lázaro y el rico epulón, enseguida nos damos cuenta de que el rico no puede excusarse. Decir que no tenía ninguna responsabilidad sobre Lázaro no sirve. Aunque la historia pueda parecer exagerada, a veces llegan noticias de situaciones semejantes. Se nos llama a descubrir a esas personas que permanecen a escasa distancia de nosotros y que pueden necesitar de nuestra ayuda. Se nos llama también a no reducir nuestro horizonte a tener un buen nivel de vida y pasarlo bien. Y se nos interroga sobre el verdadero sentido de la vida: si pensamos que queda limitado a lo terreno o si está abierto a la eternidad.

 (Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)


Lecturas de la Misa de este Domingo.

This Sunday´s Holy Mass Readings







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