En este día hacemos memoria
agradecida a San Saturnino, patrono de nuestra ciudad, que dio su vida por amor a la Verdad que es Cristo, derramando su sangre por defender al verdadero
Dios.
Su
ejemplo nos ha de estimular a ser fieles en la fe que hemos recibido y a sentirnos como él, enviados a “dar la buena noticia a los que
sufren, para vendar los corazones desgarrados”
(Is 61, 2).
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