UN TESORO EN CASA

Crónica de la visita de sor Concha Vicuña a nuestro colegio, con motivo del día del Domund.

“…donde está tu tesoro allí está tu corazón”.(Mateo. 6 19-23)

La visita de Sor Concepción “Concha” Vicuña a nuestro colegio, con motivo de la celebración del Domund, nos ha recordado que tenemos un tesoro en casa. Y no es simplemente por el hecho de que periódicamente nos visiten misioneros como Sor Concha, o que bajo nuestro techo  habiten  en la residencia  hermanas como Sor Mariángeles Santamaría, tantos años misionera en Camerún, sino porque su labor hace que gran parte del corazón del Colegio Santa Catalina esté en  todos aquellos rincones del mundo donde haya necesitados.

Con un alarde didáctico  sensacional –se nota que fue profesora de este colegio- Sor Concha nos ha explicado el simbolismo del cartel del Domund de este año: cinco huellas con cinco colores, representando los cinco continentes. Hoy nos hemos centrado en Camerún, pero pronto volveremos a volcarnos con nuestros sufrientes hermanos de Haití.

            Especialmente generosa y confiada  ha sido Sor Concha al transmitirnos su testimonio, citando frases del Evangelio de Marcos “ Id por todo el mundo y predicad el evangelio”,  de Mateo “yo estaré con vosotros día tras día hasta el fin del mundo”, o incluso de películas como No sin mi hija “Aunque nos separen Dios está contigo”.  Todas ellas resonando con fuerza en una sala donde nos ha hablado de su  timidez infantil,  y de la fuerza recibida de San Francisco Javier.

            Evidentemente no todo es bucólico o idílico. Sor Concha ha citado a San Vicente de Paúl recordando “…el vientre vacío no tiene orejas…” Es decir, no podemos alegremente hablar de Dios desatendiendo las emergencias más básicas para sobrevivir. En este sentido, el repaso a las Obras de Misericordia ha sido ilustrado con las imágenes de los hospitales, los centros de acogida de ancianos, cantinas, etc… que son atendidas por las Hijas de la Caridad gracias a la aportación y oración que podemos hacer desde el Colegio. En definitiva: Todos podemos ser misioneros, con nuestra oración, con nuestras obras de misericordia y con nuestros donativos.

 

¡SAL DE TU TIERRA –COMO DISCÍPULO- NO SÓLO COMO TURISTA!

¡Muchas gracias Sor Concha, que Dios la bendiga!