viernes, 25 de octubre de 2013

A PROPÓSITO DE LO QUE NOS DISTANCIAMOS O ACERCAMOS A DIOS

XXX DOMINGO tiempo ordinario C (Lucas 18,9-14)
La oración nos muestra qué idea tenemos de Dios, pero también lo que pensamos sobre nosotros mismos. Por eso, para orar verdaderamente, debemos reconocernos necesitados y darnos cuenta de la distancia infinita que hay entre Dios y nosotros.
El fariseo orgulloso del evangelio de hoy no conoce  el amor de Dios porque tampoco conoce la profundidad de su pobreza. El publicano por el contrario, conoce la santidad de Dios porque se sabe indigno; pero al mismo tiempo es consciente de que todo bien en nosotros sólo es posible porque Dios lo obra.

Fuente: revista Magníficat.

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