martes, 30 de julio de 2013

LOS ESTÓMAGOS DE LOS POBRES SON MÁS SEGUROS QUE LOS GRANEROS REPLETOS

XVIII Domingo  Ordinario , ciclo C (Lc 12,13-21)
La mentalidad del pecado nos intenta convencer  de que nos salvaremos teniendo mucho, y que incluso salvaremos las cosas aferrándonos a ella.
Mediante la parábola del rico complacido Cristo no desprecia las cosas, dado que el amor no se realiza de forma abstracta sino que también se manifiesta en el compartir las cosas materiales.
El enriquecimiento al que aspiramos es ante Dios, no para uno mismo. En este sentido, tal y como dice San Agustín,  el rico vano y necio de la parábola no sabía que los estómagos de los pobres eran más seguros que sus graneros repletos.

{Fuente:  revista Magnificat y “La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia” (Editorial Ciudad Nueva)}

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