A Jesús -Cordero de Dios que quita el pecado del mundo- lo mataron los pecados, los pecados de todos, incluidos los nuestros; de los cuales necesitamos salir para evitar que nos destruyan.
Jesús nos ofrece luz y fuerza para liberarnos del mal. Ese es el sueño de Dios, una humanidad liberada del mal, libre, santa; y esa es la misión que nos han encomendado a los que creemos en Jesús: ser luz para otros, no descansar hasta que se conozca a Jesús en los confines de la tierra.
Fuente: Taco-Calendario del Corazón de Jesús.
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