En un gesto desbordante de amor y misericordia, el Verbo de Dios se hizo hombre, nació de María y vivió a nuestro lado para ayudarnos a reconocer a Dios y abrirnos los caminos de nuestra salvación.
Dios nos ve y nos ama en relación con él, vinculados a Él, como hijos que han nacido y crecido al abrigo del Hijo mayor.
Este es el auténtico regalo de Navidad.
(Fuente: “Sembrando la Palabra” Mons. Sebastián)
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