V Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C (Lucas 5, 1-11)
La
capacitación para la misión no proviene de las disposiciones previas del que es
llamado, sino de la iniciativa de Dios. El que es enviado no queda fuera de la
misericordia de Dios, sino que, sanado por él, puede responder a la llamada. De
hecho, si no experimentásemos la transformación que Dios obra en nosotros,
¿cómo podríamos anunciar a los demás el amor de Dios? Al mismo tiempo, si somos
conscientes de su poder y su misericordia, tampoco nos refugiaremos en nuestra
limitación para eludir la misión.
https://lecturasmisa.wordpress.com/l-i-c-tpo-ordinario-2-9/#_DOMINGO_V_DEL
http://www.usccb.org/bible/readings/020925.cfm

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