jueves, 30 de enero de 2020

PRESENTACIÓN A LA HUMANIDAD


La Presentación del Señor -  Jornada de la vida consagrada ( Lucas 2,22-40)

En la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo celebramos un misterio de la vida de Cristo, vinculado al precepto de la ley de Moisés que prescribía a los padres, cuarenta días después del nacimiento del primogénito, que subieran al Templo de Jerusalén para ofrecer a su hijo al Señor y para la purificación ritual de la madre. Además del rito, comprendemos que en ese momento es Dios mismo quien presenta a su Hijo unigénito a la humanidad mediante las palabras del anciano Simeón, quien proclama que Jesús es la «salvación» de la humanidad, la «luz» de todas las naciones y «signo de contradicción», porque desvelará las intenciones de los corazones.
En concomitancia con esta fiesta litúrgica, el venerable Juan Pablo II, a partir de 1997, quiso que en toda la Iglesia se celebrara una Jornada especial de la vida consagrada. Si no existiera, el mundo sería mucho más pobre. Más allá de valoraciones superficiales de funcionalidad, la vida consagrada es importante precisamente porque es signo de gratuidad y de amor, tanto más en una sociedad que corre el riesgo de ahogarse en el torbellino de lo efímero y lo útil.

(Fuente:  Benedicto XVI, revista Magníficat)

Lecturas de la Misa de este Domingo.

This Sunday´s Holy Mass Readings




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