jueves, 22 de agosto de 2019

LA EXIGENCIA DE LA PUERTA ESTRECHA


XXI Domingo  del Tiempo Ordinario ciclo C (Lucas 13, 22-30)

            La salvación que Jesús nos ofrece es algo que ya empieza a suceder en nuestra vida y que también debe suponer una respuesta en nosotros. Jesús no excluye a nadie de la salvación, pero indica que ha de ser acogida por cada uno. Jesús mismo es la puerta. La salvación es un don, un dejarse conocer por el Señor, que nos reconoce en la medida en que nos colocamos en su corazón. Por tanto no es suficiente un conocimiento teórico de quién es Jesús, sino que debemos entrar en su amor. Los sacramentos nos llaman a una unión íntima con el Señor: a ser de Cristo.
La puerta es estrecha porque nos exige dejarnos amar por él; reconocer que estamos necesitados de su amor. La autosuficiencia nos impide darnos cuenta de que necesitamos ser salvados y así podemos pensar que estamos cerca de Cristo pero sin dejarnos herir por su amor. La imagen de la puerta estrecha nos llama a poner nuestra mirada en Jesús de manera que él sea el centro de nuestra vida.  
(Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)

Lecturas de la Misa de este Domingo.

This Sunday´s Holy Mass Readings



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