Solemnidad
de la Santísima Trinidad, ciclo C (Juan 16, 12-15)
La Trinidad no es un acertijo ni un
teorema, sino que designa el misterio mismo de Dios. Es un solo Dios, pero tres
Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Misterio de amor y misterio
de comunión que Dios mismo nos ha querido revelar porque quiere introducirnos
en su amor.
Dios
es misterioso en sí mismo, pero cuanto sabemos de él nos habla de su amor hacia
nosotros y de ese deseo de darse.
Continuamente miramos el misterio
de la Trinidad cuando hacemos la señal de la cruz o decimos Gloria al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo. Son dos pequeñas oraciones que nos recuerdan que en
el inicio de nuestra existencia está Dios y que nuestra vida debe manifestar su
amor. Al revelarnos la Trinidad, Jesús nos señala de qué amor quiere que
participemos. Pero no son solo sus palabras, sino que cada uno de sus gestos
revelaba la Trinidad, pues en ellos mostraba la misericordia de Dios.
De
este modo, se nos muestra una doble dimensión de la Trinidad en nuestra vida.
Nos invita, por una parte, a adentrarnos en el conocimiento de Dios y de su
amor y, por otra, a manifestar que lo conocemos mediante la caridad.
(Fuente:
David Amado Fernández, Revista
Magníficat)
Lecturas de la Misa de
este Domingo.
This Sunday´s Holy Mass Readings.
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