miércoles, 29 de mayo de 2013

Ante la lánguida resignación.

El reciente fallecimiento de Sor Seve ha hecho retroceder dos décadas a quien os dirige estas líneas.
Aquél lechugino entrado ampliamente en la veintena, topó con un colegio que algunos denominarían decimonónico, pero que para un recién llegado rezumaba acogida y ambiente familiar. Los medios eran escasos, pero las oportunidades enormes; con todo, de lo que no había ninguna duda era del ideario y carácter propio. No es mi propósito bombardearos con una sensiblera añoranza; pero la llegada de Sor Seve a la Casa del Padre, me ha se servido de revulsivo ante la lánguida resignación que a mi entender invade parte de  nuestra labor educativa. Nuestro Colegio es sencillo, humilde,  muchas veces vilipendiado y calumniado; no obstante es un colegio grande porque da cabida a todo el que lo desee. Este valor que lo levantó, no se debió a que quien lo impulsó fuera una mera "ONG piadosa".

Kathy Labouré

No hay comentarios:

Publicar un comentario