Al hacerse hombre, Dios quiso nacer y crecer en una familia. Es en esa familia donde el que viene a salvar a la humanidad, vive desde el principio la amenaza de ser destruido.
Recordar las penalidades por las que pasó la Sagrada Familia, nos obliga a no ser indiferentes ante las dificultades por las que atraviesan tantos hogares.
La familia de Nazaret es, en cierto modo, igual a las familias de la tierra, y a la vez aparece como el modelo para todas, porque reina en ella la obediencia total a la voluntad de Dios.
(Fuente: Revista Magnificat)
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