IV Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B (Marcos 1, 21-28)
Jesús
enseñaba con autoridad, y los oyentes percibían que nadie como Él entendía lo
que significaban exactamente aquellos textos. Era como si Él mismo los hubiera
escrito y sólo Él era capaz de sacar de cada palabra todo el amor que contenía.
En su misma persona las palabras adquirían vida. No había una escisión entre lo que decía y lo que Él mismo era o
hacía.
(Fuente: David Amado Fernández. Revista Magníficat)
https://lecturasmisa.wordpress.com/l-i-b-tpo-ordinario-2-9/#_DOMINGO_IV
http://www.usccb.org/bible/readings/012824.cfm
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