II DOMINGO DE PASCUA, ciclo A (Juan 20, 19-31) Domingo de la Divina Misericordia
Jesús conserva sus heridas y la
Iglesia no ha dejado de contemplarlas. Son la marca de lo que ha sufrido por
nosotros y son también el recordatorio de que la resurrección de Jesús ilumina
todos los acontecimientos de la vida, también los dolorosos. Por ello, la
Iglesia no ha temido ir al encuentro del sufrimiento para llevar el consuelo y
la buena noticia de Cristo. Además, sus heridas recuerdan a los cristianos que
Jesús venció por su pasión; por eso, nosotros hemos de permanecer fieles en el
amor a Dios incluso en las contrariedades. El amor de Dios vence si le somos
fieles, aunque pasemos por momentos de prueba.
(Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-04-16
http://www.usccb.org/bible/readings/041623.cfm
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