XVIII Domingo
del Tiempo Ordinario, ciclo B (san Juan 6,24-35)
Muchos alimentos
“perecederos” nos movilizan para
conseguirlos y disfrutarlos. Se nos ofrecen
pequeños sorbos de dicha que se evapora con rapidez. Existe un alimento que no perece y que nos permite vivir según la “nueva condición humana, creada a
imagen de Dios”. El alimento que se da en la Eucaristía es mayor que lo que
nosotros ambicionamos y, sin embargo, podemos querer solo lo que pensamos es mejor para nosotros e
ignorar el gran don de Dios. El mismo amor que se nos da en la Eucaristía nos
revela su presencia cuando amamos a los
que nos necesitan.
(Fuentes:
Benjamín González Buelta - Evangelio diario en la Compañía de Jesús; David
Amado Fernández – revista Magníficat)
Lecturas
de la Misa de este Domingo.
This Sunday´s Holy Mass Readings
No hay comentarios:
Publicar un comentario