viernes, 4 de abril de 2014

Sentirse amado por quien es la Resurrección y la vida.

V Domingo de Cuaresma A (Juan 11, 1-45)

         Al igual que Lázaro, Marta y María, los cristianos hospedamos habitualmente a Jesús en nuestra casa, lo cual es incompatible con situaciones, actitudes o actos de muerte.
        Esto no quiere decir que seamos indiferentes o insensibles ante el fatídico trance. El  propio Jesús se conmueve profundamente ante el fallecimiento de Lázaro, pero al mismo tiempo nos invita a que creamos en Él, a caminar resueltamente tras Él.
       En nuestra mano está que nuestros rostros sean muecas falsas, muertas; o expresión de quién se siente amado por quién es la Resurrección y la Vida.

(Fuente: Mikel Garciandía - Semanario La Verdad)


No hay comentarios:

Publicar un comentario