XIII Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B (Mc 5,21-43):
Tanto Jairo como y la hemorroisa descubrirán que no estaban ante un curandero prodigioso, sino ante alguien que curaba porque amaba. La fe que necesitaban les pedía abrirse abría a un mundo cuya cartografía aún les era desconocida.
No sabemos cómo se
relacionan los hechos que simultánea o sucesivamente nos afectan, pero sí
sabemos, por ejemplo, que nada escapa al designio de Dios; que la salvación que
él nos ofrece no es un bien escaso por el que debamos competir, sino un don que
todos podemos anhelar y que hemos de querer para todos. Por ello, el bien de
otros ha de ser causa de alegría para nosotros. No dejemos de pedir la fe que
nos une a Jesús y que le permite actuar en nosotros.
(Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)
L-I-B-TPO
ORDINARIO 10-19 – LECTURAS DE LA MISA (wordpress.com)
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