XI Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B (Marcos 4, 26-34 )
La semilla, en el
interior de la tierra, puede desarrollar todo su potencial. Es la acción de la
gracia, que no es interrumpida ni siquiera por una mirada indiscreta. Permanece
en el misterio de lo oculto y lo pequeño, sin que pueda controlarse ni medirse
a cada momento. Se desarrollará cuando corresponda: tallos, espiga, grano.
La obra de Jesús,
de alguna manera, siempre recomienza así: con una semilla diminuta. Jesús
compara lo más grande (el reino de Dios) con la más pequeña de las semillas. En
lo cotidiano, incluso en la contradicción y lo que parece insignificante, hemos
de estar seguros de la cercanía de Dios y buscar cumplir su voluntad.
(Fuente: David
Amado Fernández, revista Magníficat)
L-I-B-TPO
ORDINARIO 10-19 – LECTURAS DE LA MISA (wordpress.com)
http://www.usccb.org/bible/readings/061624.cfm
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