XI del Tiempo Ordinario C (Lucas 7, 36–8, 3)
Como
pecadores, necesitamos que nos devuelvan la esperanza. Si alguien piensa
"No soy pecador", es que, simplemente, es un necio.
Nadie se
salva de deficiencias, debilidades, errores, etc... Jesús sabe que el pecado es
nuestra ceguera, nuestra debilidad, nuestra cruz. Y sabe que solo hay un
remedio: el amor. Por eso acoge a los pecadores, y ellos sienten que él les
devuelve la esperanza.
Jesús revela
que Dios no es un juez que busca castigarnos, sino un médico bondadoso y
eficaz, que da la vida y sana la enfermedad.
Extraído del Taco - Calendario del Corazón de Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario