II Domingo de Pascua ciclo C (Juan 20, 19-31) Domingo de la Divina Misericordia.
Jesús
proclama una preciosa bienaventuranza: «Felices los que creerán sin haber
visto». Si nosotros hoy perseveramos en la Iglesia es también por la sucesión
de bienaventurados que han creído sin haber visto y que, paradójicamente, han
hecho visible a Cristo con su vida transformada.
La
confesión de Tomás no se limita a reconocer la presencia del Resucitado, sino
que también profundiza en su identidad: «¡Señor mío y Dios mío!» Ahora entiende
que Jesús, al que hasta entonces había conocido en su humanidad, es también
Dios. Esta certeza también hará entendible su ausencia y explicará la misión de
los apóstoles: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Jesús
resucitado, que no está sujeto a los límites del espacio ni del tiempo, puede
seguir presente y actuando a través del misterio de la Iglesia.
Hoy
es el domingo de la Divina Misericordia, la cual nos acompaña a lo largo de
todos los días, porque Dios es siempre misericordioso. Cada semana, en la
celebración dominical recordamos la resurrección de Jesús y decimos, como nos
recuerda el salmo de hoy: «Dad gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia»
Lecturas de la Misa de este Domingo.
https://lecturasmisa.wordpress.com/l-i-c-pascua-2/#Domingo_II_Pascua
This Sunday´s Holy
Mass Readings
http://www.usccb.org/bible/readings/042725.cfm