XXIII Domingo del Tiempo
Ordinario ciclo C (Lc 14, 25-33)
Jesús se
dirige a la multitud que le acompaña en su camino hacia Jerusalén, y señala
quiénes no pueden ser sus discípulos: los que no pospongan a su padre y a su
madre, quienes no carguen con su cruz y quien no renuncie a todos sus bienes.
No se trata de simples consejos: es la misma Sabiduría la que habla y nos
indica el camino para ser sabios. La propuesta de Jesús apela a nuestra
voluntad, no a la fuerza, sino con toda libertad». La exigencia de Jesús es tan
grande que no quiere saltarse nuestra libertad («quien quiera»), animándonos a
expandirla al máximo. En su propuesta, aparece la totalidad, tanto en la
entrega (renuncia a todo), como en la intensidad del amor (no anteponer a nadie
ni a uno mismo a Cristo) y en el modo (cargar con la cruz). Por eso, siempre
que escuchamos las «exigentes» palabras del Maestro, recordamos que, si nos
pide algo, es porque antes nos lo ha dado, y que nosotros lo que hacemos es
corresponder a su amor. Además, ¿no nos enseña la misma experiencia que quienes
han acogido sus palabras sin matices han empezado también a amar a sus padres,
a perdonar a sus cónyuges y un largo etcétera? ¿Acaso no son muchos los que, al
cargar con la cruz detrás de Cristo, han comprendido el sentido de su
sufrimiento o, al menos, han sido capaces de sobrellevarlo sin perder la paz
interior ni caer en la amargura? ¿No es verdad que, en la renuncia a los bienes
por amor a Cristo, muchos han encontrado la alegría e incluso se han liberado
de preocupaciones. Hemos sido redimidos por Cristo y, acogiendo su palabra e
imitando su ejemplo, le seguimos por el camino de la salvación..
(Fuente: David Amado Fernández,
revista Magníficat)
Lecturas de la misa de este domingo.
https://servicioskoinonia.org/leccionario/texto/3056CTOD23.html
This Sunday´s Holy
Mass Readings
http://www.usccb.org/bible/readings/090725.cfm