I Domingo de Cuaresma ciclo B (Marcos 1, 12-15)
Jesús se dejó tentar. Forma parte del misterio de su abajamiento. Jesús no puede pecar, pero se somete a la prueba de la tentación. Lo hace para mostrar su cercanía al hombre y su deseo de salvarlo desde dentro sanando su corazón. Si el tentador se acercó a Jesús fue porque, de alguna manera, lo vio débil. Veía su grandeza pero pensó que podía ser vulnerable. Jesús no podía ser vencido, pero esa vulnerabilidad que el demonio vio no era debilidad de la carne, sino el amor de Jesús que se acerca a la flaqueza de los hombres para compadecerse de nosotros. Al ponerse ante el tentador y vencerlo, Jesús también nos anuncia que va a liberar nuestra libertad y que, con su ayuda, podemos vencer el mal.
(Fuente: David
Amado Fernández, revista Magníficat)
L-I-B-CUARESMA
– LECTURAS DE LA MISA (wordpress.com)
http://www.usccb.org/bible/readings/021824.cfm
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