XXI Domingo del Tiempo Ordinario ciclo C (Lucas 13, 22-30)
La
salvación que Jesús nos ofrece es algo que ya empieza a suceder en nuestra vida
y que también debe suponer una respuesta en nosotros. Jesús no excluye a nadie
de la salvación, pero indica que ha de ser acogida por cada uno. Jesús mismo es
la puerta. La salvación es un don, un dejarse conocer por el Señor, que nos
reconoce en la medida en que nos colocamos en su corazón. Por tanto no es
suficiente un conocimiento teórico de quién es Jesús, sino que debemos entrar
en su amor. Los sacramentos nos llaman a una unión íntima con el Señor: a ser
de Cristo.
La puerta es estrecha
porque nos exige dejarnos amar por él; reconocer que estamos necesitados de su
amor. La autosuficiencia nos impide darnos cuenta de que necesitamos ser
salvados y así podemos pensar que estamos cerca de Cristo pero sin dejarnos
herir por su amor. La imagen de la puerta estrecha nos llama a poner nuestra
mirada en Jesús de manera que él sea el centro de nuestra vida.
(Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)
Lecturas de la Misa de este Domingo.
This Sunday´s
Holy Mass Readings
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