Domingo de Pentecostés B (Juan 20, 19-23)
Muchas veces queremos de Dios cosas,
favores, milagros, pero el gran
don de Dios es Él mismo.
El Espíritu Santo que hoy recibimos,
es el don del amor de Dios, en el cual sale
a la luz el valor de cada uno de
nosotros.
El Espíritu Santo no es una cosa, sino una persona que nos da
la verdadera vida, nos da a conocer la verdad, nos enseña a rezar y nos impulsa
a amar.
(Fuente: revista Magníficat)
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