viernes, 30 de enero de 2015

DEJARNOS AFECTAR POR CRISTO

IV Domingo Ordinario B (Marcos 1, 21-28)

Cristo, a diferencia de los profetas del Antiguo Testamento, no habla con una autoridad delegada, sino propia.  Su enseñanza es inseparable de su vida.
Jesús no impone normas,  sino que nos coloca a cada uno de nosotros delante de la Verdad, transformando la vida de los que acogen sus enseñanzas.
En nuestra vida de fe, hemos de procurar en todo momento colocarnos ante Cristo,  y dejar que nos afecte.

(Fuente: Revista Magnificat)



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