II Domingo Ordinario ciclo B (Juan 1, 35-42)
Quienes
encuentran a Jesús, lo proclaman con la fuerza de una verdad sentida y vivida,
propia del que ha visto cambiada su vida.
Dios nos
llama desde Cristo con la colaboración de hombres y mujeres corrientes. Luego,
cada uno ha de responder lealmente
quedándose con Jesús, conviviendo con Él , en la Iglesia, en las obras de
misericordia, en compañía de otros discípulos.
(Fuente: “Sembrando la Palabra” Monseñor Sebastián)
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