El estilo de Dios es la sencillez, la humildad, no llamar la atención, no pretender gloria humana alguna, huir de los espectáculos presuntuosos, porque no se trata de triunfar sobre nadie ni contra nadie.
Jesucristo se humilló por nosotros, tanto en la encarnación como en la muerte en la cruz. Por eso para los humildes es más sencillo encontrarse con él. De alguna manera se encuentran en el mismo territorio.
Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios.
Fuente: Taco Calendario del Corazón de Jesús, revista Magnificat.