XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, (san Marcos 7, 31-37)
Effetá».
Esta palabra, con la que se denomina ahora un rito del bautismo, se dirige
tanto a las facultades atrofiadas del individuo como a su misma persona.
Reflejan el poder sanador de Jesús y también su llamada a que este acoja
libremente la salvación que se le ofrece.
El
sordomudo, de alguna manera, señala al hombre que, herido por el pecado, ya no
es capaz de una relación fluida con lo que le rodea ni con los demás. Pero Dios
no lo abandona en esa situación, sino que, asumiendo nuestra condición humana,
viene a reconciliarnos con él para que encontremos el verdadero sentido de
nuestra existencia.
Es a
esta tierra, tantas veces convertida en desierto, de que habla Isaías donde
Dios viene a buscarnos para que broten aguas abundantes. Es en esta tierra
donde somos liberados para, como nos recuerda Santiago, amar como Jesús nos
enseña y no hacer acepción de personas, pues la mudez y la sordera también
pueden ser signo de la exclusión o marginación que sufren los hombres.
Lecturas de la Misa de este Domingo.
L-I-B-TPO
ORDINARIO 20-26 – LECTURAS DE LA MISA (wordpress.com)
http://www.usccb.org/bible/readings/090824.cfm
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