XVII Domingo Tiempo Ordinario C (Lucas 11,1-13)
Los
discípulos veían a Jesús retirarse a orar con frecuencia y no les pasaba
desapercibida la singularidad de su oración, en la que hubo momentos de
especial intensidad, como en la transfiguración. No es extraño, pues, que un
día le pidieran que les enseñara a orar. Y Jesús les dio el Padre Nuestro, que
-en palabras de San Agustín- contiene todo lo que puede pedir el hombre, y nos
introduce en el misterio de su ser y de su vida. La parábola que acompaña al
Padre Nuestro subraya la idea de que Dios es Padre y que no hemos de temer
acercarnos a él y pedirle con insistencia. No hay inoportunidad, pues Dios
siempre está dispuesto a escucharnos
Con
su oración y entrega, Jesús alcanzó misericordia para todos. La oración no es
un refugio, sino el lugar de la intimidad con Dios y en ella, el Señor ayuda a
descubrir de qué manera podemos colaborar con Él en la salvación del mundo.
El
anuncio de la donación del Espíritu Santo «a los que se lo piden» abre nuestra
oración a considerar todas las necesidades, tanto materiales como espirituales,
que descubrimos a nuestro alrededor.
(Fuente: David Amado Fernández revista Magníficat)
Lecturas de la Misa de este Domingo.
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2022-07-24
This Sunday´s Holy
Mass Readings
http://www.usccb.org/bible/readings/072422.cfm
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