Epifanía del Señor (Mateo 2, 1-12)
La odisea de los
Magos de Oriente es una verdadera peregrinación, animada por una profunda
devoción, iluminada significativamente por dones preciosos. No sabemos nada más
de estos «sabios», desaparecidos al volver a sus tierras. Solamente que la mano
de Dios los ha iluminado, animado y guiado para realizar lo que a nosotros hoy
nos parece un serio y fascinante acto de fe en el Hijo de Dios hecho hombre,
interpretado con sus propios ojos. El testimonio de fe de los Magos se une al
conjunto de aquellos que han acogido realmente al Niño Jesús: la entrega total
de María y José; la sencillez de los pastores, atentos y preparados para al
mensaje recibido; el afecto religioso de Simeón y Ana. Los Magos representan,
de modo muy concreto y rico, el mundo ajeno a Israel: son «paganos». Llegan de
un mundo alejado de la revelación de Yahvé y vuelven a él. Es una primera señal
extraordinaria de que la llamada de Dios toca a quien está bien dispuesto
incluso fuera de los circuitos conocidos y aprobados. Su llamada es universal,
supera las fronteras de comunidad e Iglesias. La respuesta que suscita abre
nuevas perspectivas.
(Fuente: P. Marko Ivan Rupnik, SJ, revista Magníficat)
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2021-01-06
http://www.usccb.org/bible/readings/010321.cfm
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