jueves, 21 de febrero de 2019

PARA SER BUENO HAY QUE SER DEMASIADO BUENO


VII Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C ( Lucas 6,27-38)
¿Es realista Jesús cuando nos pide amar a nuestros enemigos? El Señor no niega que en el mundo hay violencia e injusticia. No es un iluso que desconoce la maldad de los hombres ni el sufrimiento de los inocentes. Nos dice, por el contrario, que a todo ello hay que responder con un amor excesivo: eso es la misericordia, el amor que vence el mal. ¿Por qué el mal queda indefenso ante el amor? Porque se encuentra con algo que ni puede parasitar ni puede destruir.
En Jesús se nos hace presente la misericordia de Dios. Sus palabras y sus gestos, también cuando recrimina o denuncia, están llenos de amor. Con su misericordia, Jesús se dirige al fondo del problema, que es el corazón del hombre.
San Vicente de Paúl al final de su vida decía: «Me he convencido de que para ser bueno hay que ser demasiado bueno». Es una forma de entender ese ser misericordiosos como el Padre.

(Fuente: David Amado Fernández, revista Magníficat)

 Lecturas de la Misa de este Domingo.

This Sunday´s Holy Mass Readings




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