XXXI
Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B. San Marcos (12,28b-34)
Dios no
quiere que le temamos sino que le amemos. Nuestra relación con Él es una
relación de amor por la sencilla razón de que él nos amó primero. Somos
creación suya, obra de sus manos.
De este
amor a Dios se deriva que el prójimo
es siempre un hermano al que amar. Es posible que no hayamos llegado todavía a
vivir este amor universal, pero al menos debemos tener claro a dónde debemos
llegar. El horizonte a donde nos dirigimos es amar.
(Fuente:
Fernando Torres cmf, Ciudad Redonda)
Lecturas de la Misa de este Domingo.
This Sunday´s Holy Mass Readings
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