XXVI
Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B san Marcos (9,38-43.45.47-48)
Dios quiere que el bien se
difunda por cualquier obra buena que alguien hace en el mundo, incluso fuera
del seno de la Iglesia.
Cuidar la fe de un pequeño es
mantener la puerta abierta a que Dios se siga haciendo presente en medio de
nosotros.
Las palabras de Jesús unas veces
nos resultan dulces y otras amargas, pero siempre nos van desvelando el rostro misericordioso
de Dios. Dios nos ama y nos pide corresponderle con una radicalidad consistente
en la absoluta compasión hacia el
pecador, pero ninguna connivencia con el mal.
(Fuente:
David Amado Fernández, revista Magníficat)
Lecturas de la Misa de este Domingo.
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