No parece casualidad que
hoy 15 de agosto de 2016,
solemnidad de la Ascensión de Nuestra Señora, sea el día en que nuestra querida
Sor Ángela Ciga Zubiri haya retornado a la Casa del Padre. Se puede pecar de pretencioso e hipotético al
afirmar que otra “esclava del Señor” ha ascendido al Cielo; sin embargo, no se
especula al considerar una certeza el testimonio de vida de esta Hija de la
Caridad de San Vicente de Paúl.
Usando
la metáfora del gran sacerdote José Luis Martín Descalzo, la vida de Sor
Ángela, fue la del leño consumido en la hoguera para dar luz y calor. Nunca
paró de entregarse al servicio a los demás mientras le acompañaron las fuerzas.
Más que entrañable era la imagen de verle salir
–una vez acabadas sus obligaciones del colegio y la comunidad- impecablemente ataviada con su abrigo azul
marino y maletín en mano para asistir podológicamente, a aquellos que
necesitaban sus cuidados.
Progresivamente,
la enfermedad que le fue encorvando de forma acelerada, iba ganando terreno,
pero Sor Ángela no dejaba de servir como
esmerada sacristana. Si topábamos
inesperadamente con ella en las inmediaciones de la capilla, enseguida se
erguía para que su achaque trascendiera lo más mínimo. Ya postrada en la silla de ruedas, levemente comentaba: “…Yo que iba a comerme el mundo...” Auténtico lamento de
impotencia de quien se ve privado de aquello para lo que se ha sentido llamado
por el Señor: servir.
Como
diría San Pablo: hoy has alcanzado la meta Sor Ángela, y al fin puedes
descansar, no sólo físicamente, sino en la Paz de Dios que tan merecidamente
ganaste en vida, y que con tanta fuerza irradiaste en aquellos que hemos tenido
la inmensa suerte de conocerte y trabajar a tu lado.
¡DIOS TE BENDIGA SOR ÁNGELA, INTERCEDE
POR NUESTRO COLEGIO DE SANTA
CATALINA LABOURÉ DE PAMPLONA, Y TODOS LOS QUE FORMAMOS SU COMUNIDAD EDUCATIVA!
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