XXVII Domingo
del Tiempo Ordinario, ciclo B (Marcos 10, 2-16)
Ante
la pregunta trampa de los fariseos a propósito del divorcio, Jesús encauza la
solución a partir de la raíz: la intención original del Creador. El matrimonio
no puede concebirse como un simple contrato legal, sino como una alianza
estable a semejanza de la que el mismo Dios ha hecho con su pueblo. De ahí se
deriva una fidelidad conyugal sostenida y alentada por el amor, no por la ley. Un amor que constantemente hace referencia al amor de
Dios, luz y fuerza que ayudan a superar los obstáculos de la vida conyugal, a
través de la cual se ha de realizar el seguimiento de Jesús.
Fuente: “Comentario al Nuevo Testamento” (La Casa de
la Biblia)
Lecturas de la Misa de este Domingo.
This Sunday´s
Holy Mass Readings.
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