En el evangelio de este domingo, Cristo nos urge a no dejar de transmitir la fe. Para ello alude a un doble dinamismo: en primer lugar rogad, pues es Dios quien tiene la iniciativa salvadora sobre nosotros; y seguidamente, ponernos en camino. No hay contradicción, oración y acción van íntimamente unidas. Sólo por la oración alcanzamos a ver la mies abundante de la que habla Cristo, compuesta por la multitud de personas que no conocen a Dios, y que están esperando a que alguien se lo anuncie.
(Extraído de la revista Magnificat)
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