La Presentación del Señor - Jornada de la vida consagrada ( Lucas 2,22-40)
Aunque presentando a
Jesús en el Templo sus padres obedecían un mandato de Moisés, era Dios el que
estaba anunciando a Jesús a su pueblo. Jesús vive en total obediencia al Padre.
Este misterio de la vida de Cristo es primicia del templo definitivo y
perfecto, y su entrega prefigura el culto nuevo que inaugurará con la ascensión
a los cielos. La celebración de la Presentación nos ilumina asimismo sobre cómo
hacer de nuestra vida una ofrenda agradable a Dios. Nuestra ofrenda es posible
por Jesucristo. El gesto de Simeón tomando al niño en sus brazos nos sitúa en
esa dirección. Una antigua antífona reza: «El anciano llevaba al Niño, pero era
el Niño quien conducía al anciano (senex puerum portabat, puer autem senem
regebat)». Ofrecer es tener presente, llevar con nosotros, a Jesús en todas
nuestras ocupaciones, para que él nos enseñe la manera de conducirlas hacia
Dios; es reconocer, como Simeón, que él es quien llena de sentido cada instante
de nuestra vida y lo vuelve luminoso, no solo para nosotros, sino también para
los que están a nuestro alrededor.
(Fuente: David
Amado Fernández, revista Magníficat)
https://lecturasmisa.wordpress.com/leccionario-iv/#_2_de_febrero
This Sunday´s Holy Mass Readings
http://www.usccb.org/bible/readings/020225.cfm