XXII Domingo
del Tiempo Ordinario, ciclo B, san Marcos
(7,1-8.14-15.21-23)
Los mandamientos de Dios son expresión de su voluntad
salvífica, de su amor. Se dirigen de su corazón al nuestro para salvarnos. Es
en el corazón donde se van gestando los comportamientos que marcan la vida. El
amor de Dios ha de ser acogido en el corazón y a partir de ahí se obra el bien.
No es un riguroso procedimiento que acaba convirtiéndose en algo mecánico, sino
en la vida del corazón. Vida que, por la gracia que Dios nos ofrece, se dilata
en el amor mismo que de él recibimos.
(Fuentes:
Benjamín González Buelta - Evangelio diario en la Compañía de Jesús; David
Amado Fernández – revista Magníficat)
Lecturas
de la Misa de este Domingo.
This Sunday´s Holy Mass Readings